CUENTOS , POEMAS PARA REFLEXIONAR

EL APEGO Y LA IGNORANCIA

Había una vez dos amigos cuyas vidas transcurrían siguiendo el camino del Tao. Cada uno de ellos consiguió una parcela de terreno donde poder retirarse a meditar, en un entorno lleno de paz y tranquilidad.
Uno de ellos tuvo la idea de plantar un rosal y tener hermosas rosas, sin embargo acabó rechazando este propósito pensando que las rosas le causarían apego y lograrían encadenarlo.
El otro amigo consideró esta idea como algo positivo y beneficioso, por lo que plantó el rosal. Transcurrió un tiempo y el rosal floreció. Disfrutó de las rosas más hermosas, meditó a través de ellas y así elevó su espíritu y se sintió unificado con la madre naturaleza. Las rosas le ayudaron a crecer interiormente, a despertar su sensibilidad. Nunca se apegó a ellas.
El amigo comenzó a echar de menos el rosal que no llegó a plantar y las hermosas rosas que ya podía haber tenido para contemplar y deleitar su vista y su olfato. De esta forma, se fue apegando a las rosas, de su mente y se sintió condicionado, creándose las ataduras que quiso evitar al no plantar las flores. El taoísmo nos enseña a beneficiarnos de todo cuanto el universo nos ofrece, no hay nada perjudicial en ello. Realmente el problema existe cuando la intención que ponemos en nuestros actos no es sana ni positiva y está llena de condicionamientos. La ignorancia y el apego son parte de la falta de consciencia. Para tomar el camino del Tao es necesario estar cada vez más presentes y más abiertos a aceptar todas las oportunidades que se nos presentan en este camino hacia la espiritualidad, hacia el Tao de la Consciencia.
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